viernes, noviembre 12, 2004

Yo te voy a enseñar como es que se olvida un amor

Un plato de nabet eso fue lo último que compartimos. A mi en lo personal las habas nunca me han gustado, y a ti te fascinan. Siempre me pregunte como dos personas tan distintas podían estar juntas, que amalgamiento mas extraño el que formábamos tú y yo.
Si las habas hubieran sido el único problema ese lo hubiera solucionado de alguna forma, pero lo tuyo y lo mío iba mas allá de eso. Tú nunca entendiste el porque me gusta usar calcetines para dormir aun cuando duermo desnuda, tú acostumbras rezar antes de comer y después de hacer el amor, yo me limitaba a observarte. A ti te gusta leer el periódico a mi el rostro de las personas, yo creo en el destino, tú no. A mi me gustan los perros y tú los encuentras burdos, a mi me gusta el tango a ti no. Entre tú y yo hubo tantos “a ti no” que no quedo mas remedio que ponerle punto final a la historia, sin embargo antes de irte me confesaste que nunca lograste acostumbrarte a mi comida. La puerta se cerró y ambos supimos que no se volvería abrir.
Nabet no es una sopa que me guste, no la he vuelto a comer y no creo volver a comerla, me cure de ti poniendo mar entre los dos además de platos y más platos de sopa. En el avión que vine de regreso me dieron a tomar una sopa fría de tomate y pepinos. Cuando pise tierra salí directamente en busca de los míticos caldos de gallina que se ubican en las calles de Antonio Caso y Vallarta. Fue fácil olvidarte por unas horas ante el plato humeante de consomé con arroz blanco y garbanzo además de trozos de pollo, la mujer que torteaba las tortillas en el comal me conocía de otras trasnochadas años anteriores, así que sin decir palabra me dio la bienvenida con una tostada de fríjol negro y queso cotija. -Yo te voy a enseñar como es que se olvida un amor-. Agarro la cuchara y le puso cuatro cucharadas rebosantes de chile martajado a mi caldo, yo la miraba atónita, no atinaba a decir palabra. Solo entonces me dijo: -ahora si, chilléle.-
Te llore mientras comía la sopa, mientras saboreaba las tortillas hechas a mano y me tomaba una cerveza, te llore aun más cuando llego el trío y tocaron canciones de amor. Te llore cuando salí de ahí sin saber a donde ir, te llore por la noche cuando pretendía dormir formando una equis en la cama. Te llore al caminar por las calles que tanto amo y que nunca caminaría contigo. Cuarenta días con sus noches te llore frente a un caldo de gallina. La ultima noche, cuando me sirvió el plato me dijo: -pa’ no estar muerto le estas chillando mucho, mañana es festivo, no hay caldos-.
Y festivo fue, me uní a la comparsa y no quise irme sin antes visitar a la Virgen de Guadalupe. Apretujada entre los miles de fieles, le prometi que no abría una lágrima más. Y no la hubo.
¿Me estas dando la receta para olvidar? Leo las palabras de un querido amigo. –no, me gustaría poder estar contigo para prepararte un plato de sopa, me gustaría poder decirte que va llegar el momento en que no va doler tanto, me gustaría subirte a un avión y llevarte al cruce de Antonio Caso y Vallarta para que te tomes un caldo de gallina para el olvido…
Por la noche me desperté exaltada por un sueño, te vi de nuevo, frente a mi, pensativo, con un plato de nabet en la mesa, revolvías de manera despreocupada las habas con la cuchara, sin mirarme a los ojos me preguntabas.
-¿Cómo le hiciste tú para olvidar?- Entonces le acerque un plato humeante de caldo de gallina, y solo después de ponerle cuatro cucharas rebosantes de chile martajado le dije:
-Yo te voy a enseñar como es que se olvida un amor-.

Beatrix


8 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces los "a ti no" pesan tanto, que no basta todo el caldo de gallina ni toda la salsa para ahogarlo. A veces duele mas el extrañar a la persona que se encuentra frente a uno, que a la que está lejos.
Fab

Anónimo dijo...

JA, YA ENTENDI. SI LE PONGO ANONIMO, YANO ME COMPLICO METIENDO DATOS.

CADA VEZ SE ME HACE MAS DIFICIL ADULARTE...!!!!!!!!!

CONSTE QUE YA NO TENGO PALABRAS PA VANAGLORIAR LO QUE TU ESCRIBES.

ORA SI, VOY A VER SI ESTE POST ASCIENDE.

JA! YA SALIO, AHORA SI, VEAMOS EL LIBRO DE RECETAS DEL PURGATORIO, ESCRITAS POR EL DIABLO GUARDIAN.

ATTE.

EL DIABLO GUARDIAN QUE TANTO TE QUIERE

Anónimo dijo...

Querida B.

DEL LIBRO DE RECETAS DEL DIABLO GUARDIAN. (En respuesta a tu encantador y sobretodo alimentador Blog, el cual me he zumbado como ninnio de Biafra y sin indigestarme)

Y DICE:

Es verdad, En Antonio Caso y Vallarta no pude olvidarte ni con una rabadilla que tenía muchos Güevos!
Así que me vine aquí, camino al Aeropuerto, en la desviación que da a la UABC a ver la luna.

Y me dije:
LA OLVIDO POR QUE LA OLVIDO CARAJO!
Así tenga que cocinar al sol y vaya... de paso también me echo a la luna, si se deja.

La luna, ES MENESTER,
cocinarla con un poco de anís (con tres cucharadas es suficiente...)
o como un bebedizo de sortilegio pa'ya no quererte, al menos cada media hora.
Póngale si quiere Azahar y siete hierbas, un poco de malva y no olvide la valeriana.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se intoxican de obsesión. Hay amores tan obsesos que me tienen en este purgatorio, de cocinero.
Un pedazo de luna, si uste se lo quiere comer al estilo pastelín... es decir Pastel de luna, es mejor en migajas. NO olvide guardar un poco de luna en el bolsillo
es un amuleto mas eficaz que cualquier pata de gallina de los caldos que te conté.
Aunque haya despistados que insistan que la pata de gallina (ojo que no la de elefante y menos la de conejos, sirven pa otras alucinaciones menos agradables, como encontrar a quien se ama)... eso ya lo sé. Los amores que matan no se olvidan ni tratando de olvidarlos, solo se olvidan cuando el tiempo ha consumido medio cerebro... O MEDIO INFIERNO. Te lo digo yo con conocimiento de causa, pues por eso me pusieron de guardián en este sitio.

Ah! pero mi amada B, si uste, se la quiere tomar en infusión, pues no le haga al cuento.
Ponga una hoja tiernita del lado oscuro de la luna en una vasija de barro en un cuarto creciente nublado, no vaya y se confunda (la noche debe ser nublada, para que se te nuble el recuerdo).
Úsela como pañito de agua
tibia sobre los párpados. De esa manera se le filtrara en la conciencia y le dejará ver su alma...

Para los condenados a muerte de amor en vida,
para el descontento frugal e incipiente,
para ese desencanto que no entiendes cuando ni llorar ya puedes,
y para ese amor que dices que se olvida con otros quereres...
No hay mejor estimulante que cocinar la luna, como mejor le plazca.
Tu que eres Chef creativa, pásame la receta de tu piel...

borregata dijo...

¡Ay, caramba! Entonces ese es el sitio mítico, el Shangri-La tijuanense, dónde la Luna es el menguante de sus uñas que ya no muerdo.
Si esos amores matan, para que voy a querer vivir con medio cerebro, aunque pensándolo bien, prefiero que sea el cerebro y no el corazón.

Anónimo dijo...

Joaquinito: intenté hacer lo mismo pero se me olvidó poner anónimo, pero bueno, el conjuro de todas formas resultó

Beatrix dijo...

Y cual fue ese conjuro?

Beatrix

Beatrix dijo...

Borregata,

Que gusto tenerte por aca. De saber que vendrias hubiera colado cafe. Pero en fin sera en otra ocasion.

Besos,

Beatrix

Ale Espinoza dijo...

Bety, fue un placer conocerte, dejame decirte que eres una persona hermosisima, seguro ya lo sabes. Que encanto haber compartido unos minutos contigo. Si vives en el DF, me encantaría verte pronto.

Ale