domingo, agosto 26, 2007

La Ahad Yemoot Min El Hub



Cinco menos cuarto. Miro el auto arribar a tiempo como lo venia haciendo los últimos domingos, de el descendió YG y desde la portezuela alzo la mirada hasta toparse con la de ella, que sin pestañear siquiera se limito a observarlo. Aun sostenía en su mano la hoja con último mensaje que FP le había hecho llegar y que ella no respondió. Y que así leía:

-“Quiero darte a nadie para que vuelvas a mí sin haberte ido”-

Corrió las cortinas blancas se alejo de la ventana. Minutos mas tarde estaba parada frente a YG que vestía el traje gris que tanto le gustaba, el extendió la mano derecha para darle el obligado antifaz, ella dio un paso que la aproximo aun mas a el. Este bajo la mirada y ella aprovecho ese momento para recorrer con sus dedos los labios de el y así dibujar un claro mensaje de silencio a la vez que le devolvía el antifaz.

El trago saliva, se perdió por un segundo en la mecedora que eran las pestañas de ella y le abrió la puerta del automóvil para que entrara.
Una vez dentro se giro y le entrego un pequeño frasco de cristal que contenía un líquido viscoso de color ámbar. Ella le regalo una sonrisa que el contemplo por el espejo retrovisor.

Ahora miraba por la ventana la cortina de olivos que escoltaba su paso, aspiro la humedad del ambiente y miro de reojo el banco de nubes recargadas que tapizaban el cielo. Los ojos de YG se encontraron con los de ella y el extendió sobre su hombro derecho nuevamente el antifaz; estaban próximos a llegar.

Ella tomo el gambox en sus manos, lo miro y sin decir una sola palabra se lo coloco. El automóvil detuvo su marcha, la puerta se abrió, una corriente eléctrica la recorrió al sentir la suavidad de esa bella mano que le era familiar.

Caminaron en silencio a la cocina y ahí junto a la mesa de preparación le retiro el antifaz y en un gesto audaz en el, aparto con la mano izquierda un mechón de cabello que le cubría la frente.

La lista de ingredientes que días antes había hecho llegar a YG estaban sobre la mesa, ella reviso minuciosamente cada uno de ellos y una sonrisa afloro en sus rostro, acto seguido tomo el control de la televisión y la encendió.

El lino crudo había sido una buena elección, le sentaba bien con el tono de su piel y su cabello. Sentado frente a la pantalla FP con una mascada de color azul cubriéndoles los ojos reaccionaba al sonido de la televisión.

Movió su cabeza en ambas direcciones, aspiro en más de una ocasión como si pudiera llenarse de la fragancia de ella a través del monitor. Muy a pesar de las circunstancias tuvo ánimo de sonreír y darle la bienvenida con estos versos.

el viento me ha traído
tu nombre en la mañana;
el eco de tus pasos
repite la montaña…
no te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!*


Ella guardo silencio. Aprovecho ese momento para recogerse el cabello y vestir la tradicional chaqueta blanca de corte mandarín y botones ribeteados, remango lentamente las mangas y miro de reojo la pantalla. El sentado en posición de flor de loto, el comedor desprovisto de muebles, como ella lo había solicito, el piso cubierto por una enorme alfombra persa de seda en tonos azules, verdes y carmín traída desde la región de Ferahan un bello ejemplar sin duda del anudado asimétrico Farsbaft.

Los ojos de ella descansaron a través de la pantalla en los de YG y este, parado a un lado de FP sostenía en sus manos un incensario con trozos de bukhour que el, a petición de ella había conseguido en la mezquita sunita a las afueras de la ciudad.

Coloco el incensario a un lado de el, este reacciono inmediatamente al fino hilo de fragante humo que danzaba en movimientos contorneados y lentos. El giro la cabeza a la izquierda y de una de las bolsas de la dishdasha que le hicieron vestir, sustrajo un misbah de cuentas ámbar de un tono oscuro casi chocolatazo. Y paso las cuentas entre sus dedos como si se preparara a rezar.

-cuando era un niño mi padre hizo traer un nodriza del norte de Palestina para que me amantara. Temía que no sobreviviera la fiebre que sumergió a mi madre en un sueño profundo del que no despertó. Ella me llamaba Sarim; el pequeño león. Me amamanto hasta los siete años cuando mi padre quedo convencido que nada podría sucederme.
Amal, era su nombre; la de la esperanza, se hizo cargo de mi como si fuera su sangre, y a su sangre la privo de la leche y la miel que emanaba de sus pechos y que yo bebí por tantos años recostado en su cama, en su lecho-.

Y mientras decía estas últimas palabras dirigió su voz en dirección a YG quien con la mirada cristalizada simplemente cruzo las manos al frente en un acto sombrío de claro abatimiento y añoranza.

Ella no rompió el silencio se limito a tomar los primeros ingredientes de la cena y apresurarse en la preparación. Esta noche se rompería con la tradición europea de los tiempos y la cena con todos sus componentes seria servida en un solo tiempo, y siguiendo la estricta tradición.

Lo primero seria la elaboraron de la Mezza que incluiría los siguientes aperitivos.

Un vaso de Laven fresco servio en vaso alto con una hoja tierna de menta

Un platón con Hummus, o puré de garbanzo servido en plato ovalado, con el dorso de una cuchara dibujaría un canal en el que vertería un poco de aceite de oliva y páprika dulce en polvo sin olvidar las aceitunas negras al centro a modo de decoración.

Un platón de Baba Ganouj o puré de berenjenas asadas, servido también en un plato ovalado que es decorado con el dorso de una cuchara pequeña en múltiples circunferencias.

Una charola con Khoubez de harina de trigo integral recién horneado

Un plato de aceitunas multicolor preparadas con especias aromáticas

Un plato pequeño con Toum o aliño de ajo

-sabe mi pequeña aprentti, lamentablemente el amor nos hace predecibles-.

Y justo al terminar de decir estas palabras unió las dos palmas de sus manos y recito en voz baja:

-Bismillah Ar-Rahman Ar-Rahim-

Y mientras el decía estos versos en voz alta los labios de YG en un acto mímico y silente repitieron los mismo versos de memoria. El dejo descansar su espalda en una de las almohadas que decoraban la habitación, apresuradamente y en un gesto más paternal que servil YG coloco perfectamente centrado un mullido cojín en la espalda de FP.

-conoce usted el proverbio árabe que dice: “Una mesa sin vegetales es como un hombre sin sabiduría” espero que haya tomado en cuenta ese sabio refrán para preparar la cena de esta noche así como las estrictas reglas del sacrificio de los animales-.

De nada estaban sirviendo los esfuerzos por hacerla hablar, por el contrario su voz fue opaca por las dolorosas notas de un laúd andalusí, seguidas de un qanun así como un par de flautas y violín que acompañaban los versos del poema de la fuente de Lindarajá de Ibn Zamrak.

Ensaladas.

Fatouch ensalada fresca a base de hojas de lechuga romana peino persa, tomate y perejil de hoja plana.

Taboule ensalada fresca con trigo desquebrajado, perejil de hoja china, tomate, cebollinas, pepino persa y aceite de oliva y limón.

Los platillos principales serian los siguientes.

Seyadieyeh Bil Samak, filetes de cazón asado en salsa Tahiní o ajonjolí y jugo de granada.

Bandeja de Pilaf con piñones tostados, pasas sultanas y un toque de azafrán iraní.

Bandeja de Mihshee Kousa, calabaza rellena de arroz y cordero molido sazonado con ajo, cebolla, tomate y jugo de limón.

Plato de Mjadara y Burghul, lentejas cocinadas con trigo y aceite de olivo

Plato de Bebamieh Bi Zayt, tiernas okras sazonadas con culantro y ajo

-¿supongo que usted sabe que jamás bebo vino con esta comida? Pensara que es una ironía no beber Fuqqa o Nabihd con estos alimentos, pero suelo ser muy respetuoso de las tradiciones. Y la tradición obliga a no beber jugo de uva o cebada que puede nebular la mente del hombre. Y hacerlo que se olvide de Dios-.

Ella volvió a mirar de frente el monitor, se quedo por unos minutos contemplando el ángulo de la barbilla los pómulos, la frente, el nacimiento del caprichoso cabello que le caía en un rizo de manera despreocupada del lado derecho, el nacimiento de una barba que hacia solo una semana le habían recorrido los muslos dejando un rastro lacerante en su delicada piel.
Contemplo sus manos sus brazos miro de nuevo a la pantalla y suspiro profundamente. En el podía reflejarse por completo, viendolo así, indefenso y a la vez tan incólume. En el reconocía la herida lacerante que la había marcado hacia unas semanas en esa misma cocina, verlo así vulnerable tan en sus manos la hacia pensar en ella y en el temor que le provocaban esos labios y la serpiente que los habitaban.

Finalmente arrojo cuatro semillas de cardamomo a la infusión de te y dio un vistazo a los postres.

Charola de bocadillos de Knefeh, preparado con mil hojas, queso, miel de azúcar y limón.

Charola de datiles rellenos de nuez de castilla

Rodajas de cuarto menguante de melón fresco

Awamette, pequeñas bolitas de masa en jarabe de azúcar con agua de flores de azar

Cuando hubo terminado todo el menú, dejo sobre la mesa de preparación la toalla con la que se limpio las manos y se dirigió al cuarto continuo a la cocina. Una vez cambiada abrió la puerta y ahí estaba el, aguardándola como siempre, tomo de nuevo su mano y ella se dejo guiar hasta el comedor donde la esperaba FP.

El ambiente estaba perfumado por las maderas preciosas que crujían contra el fuego, la luz tenue daban un tono aun mas dramático a la recién instalada decoración, las paredes habían sido recubiertas de pesados brocados y en el techo se había instalado un abultado cielo ceñido al centro de donde emergía un elaborado candil.

Los platones de comida habían sido colocados en el piso cercanos al comensal, frente a el un plato de terracota laqueado, y siguiendo el estricto protocolo no se colocaron cubiertos. Unas copas para verter el agua fresca y los jugos de granada e higo. A su lado izquierdo un recipiente en metal con agua y una sola rodaja de limón para que el se pudiera limpiar los dedos entre degustaciones.

Ella recorrió cada detalle del comedor la colocación de cada platillo y finalmente la intensidad de la luz. El noto su presencia por un lejano cascabeleo que anunciaba la proximidad de su fragancia

Beatrix apenas pisando la suave alfombra con los pies descalzos se paro frente a el cubierta apenas por un velo oscuro con un cinto ceñido a la cintura en plata. El torso completamente desnudo únicamente revestido por un intrincado diseño en el más puro estilo filigrana en henna que cubría sus brazos, su espalda, sus senos, sus piernas y sus manos.

Ella se acerco lentamente a el, dejo que la respiración de el empañará el cristal de las copas, acaricio con sus dos manos su rostro, sus mejillas y beso lentamente los ojos vendados, bajo por su cuello en un solo trazo con su lengua y subió de nuevo hasta remolinarse en el hueco de su oreja y humedecerla. El respondió con un gemido infantil y desesperado, pero ella cerro sus labios con su mano, nuevamente lo tomo de los hombros y reconoció el largo de sus brazos, la suavidad de sus manos y sus dedos delgados.

De un movimiento suave lo recostó y subió la disdasha que lo cubría y dejo al desnudo sus firmes piernas. Acaricio los tobillos y la planta de los pies, con dos manos tomo el pie derecho y lo elevo a la altura de sus labios y recorrió sus dedos con la punta de la lengua, humedeciendo uno a uno esos dedos hermosos. Y el se estremecía al contacto de su tibia lengua con su piel, el hacia esfuerzos inútiles por detener esa laceración. Gemía y se retorcía tratando de tomar aire.
Ella acaricio lentamente con sus dos manos las pantorrillas cubiertas de ese grueso vello subió por los firmes muslos y clavo sus uñas en las redondas nalgas, el respondió con un quejido seco mas parecido al clamor que al placer. Sus dedos encontraron el nacimiento de sus ingles y su lengua recorrió esos surcos una y otra vez. Entonces pudo sentir su dureza, la vio crecer frente a sus ojos, emerger casi de manera amenazante, la vio hincharse, y sostenerse. Ella con su mano derecha lo tomo con suavidad y lo llevo a sus labios y encontró su acomodo entre la afelpada alfombra de su lengua y el domo de su paladar.

El tensaba sus piernas y apretaba las nalgas mientras sus manos acariciaban el pelo de ella y trataba de murmurar insólitas palabras de amor. El vaivén de su boca lo tenia en un espasmo mezcla de placer y dolor, ella entonces contagiada por su agitación, se monto sobre el, sintió la embestida y las suaves manos recorriendo su grupa, minutos antes lo había detenido cuando en un arranque de desesperación estuvo a punto de arrancarse la venda de los ojos, ella elevo su cuerpo al ritmo de un carrusel, y giro sus vientre hacia fuera y hacia dentro, mientras acariciaba los pequeños y duros pezones de el.
Ambos cuerpos cubiertos de una ligera capa de sudor y saliva, el buscaba con desesperación los labios de ella, pero a cada intento ella los retiraba, y se contorneaba con mayor fuerza, como si siquiera despojarlo de el mismo.

En un movimiento totalmente inesperado y brusco contrajo su pelvis y el sintió la presión y estallo en un solo grito y se dejo vencer con el cuerpo tembloroso y frágil. Ella hecho su cuerpo sobre el y descanso unos minutos con la respiración agitada. Mezclando una vez más sus humores.

Unos minutos mas tarde se retiro y el alargo su brazo tratando de detenerla pero ella lo rechazo, se sentó frente a el y en eso YG se aproximo y le retiro la venda.

El la pudo por fin contemplar desnuda, lo que nunca imagino fue la sorpresa al descubrir el tatuado temporal en henna que cubría su cuerpo. Acerco una de las velas y observó a detalle el diseño, ella sentada frente a el en silencio.

Entonces sin hacer caso a los platos de comida la examino una vez mas y un escalofrió recorrió su cuerpo. Y lo hacia desear aun mas un beso de sus labios, ella tomo en sus manos el pequeño frasco de cristal que YG le había entregado, lo abrió y cubrió uno de sus dedos con el viscoso líquido de color ámbar. El la miraba atónito, un golpe ligero a miel invadió el comedor, ella llevo el dedo a sus labios y los cubrió por completo de esa miel. Un escalofrio recorrio la espalda de FP su garganta empezó a cerrarse, la respiración entrecortada le dificultaba hablar. La ultima vez que había experimentado un ataque parecido a este fue antes de regresar a Francia, siendo aun niño, los dos jugaban en el jardín, tras los naranjos, de manera accidental golpearon con una vara un panal de abejas y el enjambre se dejo caer sobre el mayor de los dos, quien grito horrorizado. Al escuchar los gritos de auxilio Amal corrió a rescatarlo antes de que muriera sofocado por la ponzoña de los aguijones.
Hasta el día de hoy el solo recuerda la habitación del hospital donde estuvo internado por dos semanas, los bracitos carcomidos por el efecto toxico que las abejas le producían. Llamo lastimosamente a Amal, imploro buscar consuelo entre sus senos, pero ella nunca acudió al llamado, junto a el en silencio con la cabecita gacha y las manitas cruzadas al frente Yamal Ghiyath, sin poder imaginarlo siquiera, el significado de sus dos nombres marcaba su destino de niño doblemente huérfano.

Entonces el miro a los ojos a su fiel acompañante y en una voz apenas audible le dijo:

-¿Laish Yamal Ghiyath?-

A lo que el le respondió.

-La Ahad Yemoot Min El Hub...-

Glosario:

*Poema de A. Machado

Mezza: Grupo de aperitivos

Bukhour: Incienso de maderas preciosas o resina

Fuqqa: Cerveza de los tiempos biblicos

Nabihd: Vino elaborado segun la tradicion biblica

Misbah: Rosario de cuentas que se utiliza para rezar o pasatiempo

Dishdasha: Vestimenta tradicional masculina de una sola pieza, generalmente elaborada de algodon, lana o lino.

Laish: Por que?

Yamal: nombre propio significado, Uno de los gemelos

Ghiyath: nombre propio significado, El que Asiste

Bismillah Ar-RahmanAr-Ra Him: En el nombre de Dios, el compasivo y misericordioso

La Ahad Yemoot Min El Hub: "Nadie muere por amor"



martes, agosto 21, 2007

Un Maridaje Adecuado: Los Taninos Han Dejado de Existir…




Las “Nebbiolo” son así: mitad niebla, mitad amanecer, pensó. Conocía de sobra la cepa que producía ese vino opulento en extractos astringentes, cuya estructura aterciopelada y voluptuosa la encendía y la dejaba así: En una neblina inmisericorde, en el vaho de sus pensamientos más etéreos.

Lo único que recordaba de la comida interrumpida antes del sexto tiempo era eso. Un monstruo sin cabeza que le devoraba sus entrañas y una ducha proverbial de un auténtico Barolo Piamontés, DOCG di Reserva Numeratta, sobre su pubis: monte de Venus envinado, haciendo las veces de un bocatto di cardenale.

- Travaglini Gattinara, 1978 – Había reconocido ella, justo al seleccionar el recipiente donde serviría tal tesoro, avalado por la vinicultoría internacional como la mejor cosecha de la historia italiana. Por supuesto, sin dejar de ver al monitor de reojo, bajo la lupa siempre ácida de FP.


- Los vinos van con lo que el comensal gusta, no con lo que dice la etiqueta y esto es lo que me produce placer, con tu comida orientaloide – precisó lapidariamente el galo.

Antes de la primera degustación, antes del cataclismo que la sumió en aquella neblina extracorpórea que le iba a durar toda la vida, antes de aquel dulzor tanínico en sus mejillas; él, llevó su nariz al borde de una copa con bastante superficie -ensanchada más en la base y en forma de tulipán holandés-, que necesitaba tal vino para liberar sus extractos de carácter. Con la distancia de su experiencia, cerró los ojos; acarició el aroma estructurado y voluptuoso del líquido rojizo: jugosas zarzamoras, ciruelas de tonos castaños, cerezas negras de Moscatel, dulce de membrillo, y hasta un extraño sabor a cuero ahumado, cacao y café, aperfumado de pimienta blanca se le mezclaron en su memoria. Dio un primer sorbo y con una sonrisa dejó entrever que había llegado la hora. Infló los carrillos, pareció enviar un beso al monitor e hizo los buches necesarios para que el paladar le dictara un diagnóstico certero, observó el color inclinando la copa al trasluz y con la redondez de un pecho en sus ojos, sonrió:

- Poco tanino para una noche tan especial, un 80% de serp’tuínas alcanzarán para recordarte toda la vida – Le dijo con una voz que le obnubiló el pensamiento de nuevo a la apprenti para siempre.

Y eso había sido todo, porque fue cuando decidió salirse del monitor, atravesar la pared otrora infranqueable, meterse a la cocina como si fuera realmente de él y no dejar terminar los múltiples tiempos de la comida que ella tanto se había esmerado en preparar. Ni el Ho Yip Faan, las esferas de arroz y pollo al vapor envueltas en hojas de flor de loto, habían sido suficientes para advertirle de la hecatombe que le produjo tal oleada de acercamientos… tal ducha de taninos!

Ya habían pasado varias horas, las contaba. Los taninos entre otras cosas sirven para sanar las heridas que no sana el tiempo, pensaba. Son buenísimos para la piel y bloquean hasta la absorción del hierro de algunos alimentos como las carnes rojas. Pero sobretodo sirven para la memoria, pero para la memoria del corazón, para que nunca se le olvide funcionar; recordaba, mientras una hamaca lunar en luminoso octante les mecía.

Los labios - antes, más dulces que resecos- humedecieron el amanecer albo, que adornaba el torso de la Apprenti. La lengua se le quedó pegada al paladar, como una “marea amarga”, una sensación que ambos gustaban de experimentar como excelentes sommeliers que eran.

La recamara principal le había gustado tanto como la noche misma. En su cabecera un Manet, hacía una alusión a los bebedores de Ajenjo distraídos. Dos claroscuros de Gentilleschi y Caravaggio adornaban un fino y bien cuidado ventanal francés por el que ella, aún desnuda y envuelta en la camisa de él, decidió volar; mariposear por su jardín de girasoles al mejor estilo de Van Gogh y regresar a las sedosas sábanas de una mañana nublada y gris como las de San Gimigniano, la tierra de las mejores vendimias de uva Nebbiolo. Realmente parecía contenta, sonriente, hasta alcanzó a pensar que platillos prepararle en una próxima ocasión… cómo sorprenderlo y cómo no dejarse sorprender.

Entonces fue cuando entendió que el tiempo no era lo mismo que el espacio y viceversa, y fue cuando lo pudo contemplar, aún tendido en la cama, dormido, desnudo y con el pelo revuelto.

- No, no me puedo quedar - susurró ella, mientras se cambiaba de camisa.

Y esa fue su primera intención y también su decisión más precaria.
F.P, se levantó tan rápido como pudo, le imploró, le dijo que ahora, él cocinaría unos Chalotes Multicolores que había traído de Marbella, y que pensaba rellenarlos con chuleta de buey y acompañarlos con unos Espaguetis cualquiera a la Trufa, eso le dijo.

- No! – Respondió en el colmo de un arranque con tintes histéricos aún desconocidos para ella.

- Y quiero que el hombre del traje gris, YG, me lleve ahora a mi casa! – exigió.

No había nada que hacer. Caminaron por un largo pasillo que desembocaba a la cocina donde ella sentía que había dejado su corazón por siempre. Miró hacia la pantalla que antes la veía con ojos de cirujano, ahora le parecía más que lejana. Ahora no la entendía, necesitaba tiempo para pensar, qué clase de trabajo iba a aceptar, eso era lo que tenía que resolver, de forma más inmediata que la aireación de un vino joven. ¿En que iban a quedar sus, tan finas condiciones de apprenti?…

A su salida, y antes de subirse al auto. Se le ocurrió saber el porqué del tono del uniforme de YG, pues simplemente le gustaba y de esa forma quería hacérselo saber. Hizo un ademán de pregunta importante, como si realmente le fuera a hablar de amor a FP y se sintió tan segura de sí misma, que olvidó por completo las reglas de cortesía elementales con su anfitrión.

- Es por aquello de “La podredumbre Gris”, la epidemia de la vid, que acabó con todos mis viñedos antes de conocerte; pero también es, el reflejo de mi vida misma – Le contestó el celta con una solemnidad tan devastadora que ella, simplemente… lo ignoró.

El camino de regreso, como siempre en silencio, la llevó a tumbos a sensaciones y recuerdos insospechados y trepidantes. El “nebbiolo” humedeciendo aún más su pubis pero atemperando la calentura descomunal de su vientre, la bandeja de plata al centro de la mesa redonda y su mantel de brocado donde ella entendió la importancia de sus muslos… la respiración entrecortada de ambos:

- Los taninos, han dejado de existir y las heridas también. Ese sí que fue un maridaje perfecto! – Pensó ella mientras YG, el hombre del traje gris, contemplaba su alegría mirándola por el retrovisor.





Y.G.

martes, agosto 14, 2007

Bon Appetit



Mi querida apprenti,

La espero el domingo a las seis y treinta de la tarde, en esta ocasión la cena será servida mas tarde.

La aguardo,

FP

¿Por que será que hoy se me hace el trayecto mas largo? ¿Acaso YG viene manejando mas despacio que de costumbre? ¿Y por que nunca me respondió si aceptaba el menú que le sugerí para la cena de hoy?

-hemos llegado-

Abrió la puerta del automóvil y me encamino hacia la cocina, sin embargo esta vez tardo mucho más en quitarme el antifaz.

-Aguardaba su llegada, luce usted cansada mi pequeña apprenti, ¿acaso no durmió bien? ¿Algo le afligía?-

-No, nada-

-¿entonces, será que la tenia inquieta nuestro encuentro? Por Dios no me mire así, estoy tratando de romper el hielo, estuvimos separados una eternidad, ¿no le pareció así?

-No-

-Por lo visto usted vine preparada para hacerme cenar un suculento plato de monosílabos en salsa muda-

-¡Nunca me respondió a la sugerencia de mi menú, trabaje mucho preparándolo, realizando la elección de los platillos y usted no dijo ni una sola palabra, me quede en espera de una respuesta!-

-Querida usted me conmueve, cuando leí su menú ¿sabe que fue lo primero que se me vino a la mente? Que usted pretendía impresionarme, ¿estoy en lo cierto?

-Lo menos que esperaba de usted era una atención-

-Creo que ambos nos conferimos el mismo pensamiento ¿sabe? Al igual que usted me quede en espera de una respuesta afirmativa de su parte con respecto a mi oferta de trabajo, ¿pero dígame por que estamos discutiendo de esta manera? Me resulta desagradable, no solo el argumento, sino el verme obligado a darle una explicación.-

"En una ocasión un emperador le consulto a Confucio sobre un asunto militar, a lo que Confucio respondió. “efectivamente poseo conocimientos referentes a Tsu (un puesto de carnes) y al Tou (un platillo) pero en asuntos militares desconozco el tema."

Primer Tiempo:

Gaau Ji

Pequeños dumplings en forma de media luna rellenos de cangrejo negro, macerado en vino de arroz, combinado con repollo y jengibre fresco, cebollinas, salsa de soja y ajonjolí tostado.

Segundo Tiempo:

Cha Yip Daam

Huevo de codorniz cocido y marmoleado en hojas tiernas de te negro sobre una hoja de loto.

-¿Usted me pensó no es así? no importa lo que me diga, yo se que me pensó, ese menú me lo confirma, usted quiere sorprenderme. Pero dígame, ¿sabia usted que fue Confucio quien influyo en que se utilizaron los palillos chinos en las mesas en vez de los letales cuchillos? Se imagina usted, gracias a el en la mesa oriental el dedo pulgar juega un papel importantísimo que de otra manera ningún otro instrumento mas le habría conferido, se podría decir que sin el pulgar no se puede comer-.

Claro que no lo pensé, ¡de que rayos habla! Fue el quien menciono que volvería cansado de la sazón francesa, ¿así que, que mejor que comida China? Y si claro que sabia lo de los palillos chinos, como se otras cosas. Y no, no lo pensé.

¿Recuerdas aquella ocasión en que fuimos al barrio chino? Hacia frío y tu venias saliendo de una gripe terrible, entramos al restaurante y ordenaste una sopa para los dos: Ngau Sung Yin Sai Tong en una olla de barro nos trajeron un consomé de carne molida, con clara de huevo simulado finos y delgadísimos cabellos coronado todo por un confité de cilantro fresco. Esa noche descubrí que hablabas chino, el chef salio a saludarte cuando supo que estabas en el restaurante, hablaron por diez minutos y nunca me presentaste, por el contrario era como si no existiera, entonces deje de existir me limite a ver tus manos y tus gesticulaciones, asentaste en repetidas ocasiones y el se despidió de ti y tu volviste tu mirada hacia mi, me sonreíste. Yo no devolví la sonrisa, tú me miraste y dijiste: -No te voy a dar una disculpa, no fue con intención el ignorarte pero hay reglas culturales y hay que respetarlas-

Esa noche me explicaste a detalle la preparación de la sopa y el modo correcto de marinar la carne, antes de incorporarla al consomé, resaltaste la importancia de jamás utilizar pimienta negra en un consume chino pues arruinaría el color y finalmente me insististe en solo utilizar jengibre joven.
De vuelta en casa me baje del auto sin despedirme me de ti, a mi las reglas culturales me valían comino, como también me importaba un carajo saber como preparar correctamente una base de consomé chino.
Y me quede esperando en la puerta que corrieras a mí, ¿espere cuanto tiempo? No lo se, esa noche me quede dormida llorando de rabia. Cuando desperté estabas a mi lado, en la mesita de noche habías dejado una nota diciendo:

-No te voy a pedir disculpas ni a darte una explicación, no hubo nunca intención de ofender-

Y yo te mire tendido en la cama, desnudo, recorrí el tatuaje de tu brazo izquierdo con mi dedo y dibuje un corazón en el, sin abrir los ojos siquiera y de un solo tirón me acercaste a tu boca y la serpiente que habita en tu boca entro sin tropiezo en mis labios y se enrosco en mi lengua.

-Yo la pensé querida. La pensé mas de lo que puede imaginar, París es una ciudad donde usted podría ser muy feliz, aun que estoy convencido que la arrogancia de los franceses terminarían por cansarla. No me ha preguntado siquiera por los víveres que traje de allá, estaba convencido que eso la llenaría de entusiasmo, o por lo menos lo que le he traído a usted, ¿no le da curiosidad?

-No debió molestarse-

-Yo no me molesto, me ocupo que es diferente. ¿En quien pensaba?-

Tercer Tiempo:

Chyun Mei Naam Gwa Tong

Sopa ligera de la región de Sichuan a base de pequeños cubos de calabaza y legumbre china.

Cuarto Tiempo:

Si Jap Chaau Dai Ji

Trío de Callos de Hacha en salsa de fríjol negro y rodajas de chile tailandés

Quinto Tiempo:

Ho Yip Faan

Esferas de arroz y pollo al vapor envueltas en hojas de flor de loto

-Le hice una pregunta, ¿en quien pensaba?

-Pienso en la comida, pienso en la temperatura correcta, pienso en el corte ideal, en eso pienso no tengo tiempo de pensar en nada más mientras cocino.-

¿Por que estoy tan molesta hoy con el? ¿Por que me irrita tanto que me cuestione? No debí volver, que diablos estoy haciendo aquí? esto es una locura, no tengo ni idea de donde estoy, ni quien es este tipo, podría ser un loco, podría desaparecerme y jamás nadie sabría que ocurro conmigo, ¿en que estaba pensando, en que?

-La duda es una agonía no se la recomiendo-

-¿Por que demonios me tienen que vendar los ojos para venir acá? ¿Por que solo conozco sus iniciales y no su nombre completo?-

El se levanta de la silla, camina junto a la mesa sin mirar a la cámara, se aleja, no dice nada, ¿a donde va? Este tipo me va enloquecer.
Una de las paredes de la cocina gira lentamente y el aparece, lo puedo ver a la luz, esta frente a mi, mi corazón palpita aceleradamente, mi mano tiembla y busca el cuchillo, tomo el cuchillo por el mango, mi mano aun en la mesa de preparación, puedo sentir el frío del granito recorrer y entumir mi mano, el da un paso, se adentra en la cocina, se para frente a mi y me mira con esos ojos que he aprendido a necesitar, camina lento en mi dirección, puedo ver su pecho, el color de su piel a través de los primeros dos botones sin abrochar de la camisa blanca, el pelo revuelto, sus pasos son cada vez mas cortos, no hace ruido al andar, su respiración es lo único que se escucha en toda la cocina y este grito ahogado que no quiere salir de mi garganta.

Toma mi mano derecha y sostiene en alto mi mano y el reflejo de la navaja contra la luz arroja destellos, el me acerca a su cuerpo, siento su respiración junto a la mía, siento su aliento, sus ojos encendidos. De un movimiento me hace que suelte el cuchillo y con la mano izquierda me toma de la cintura, me acerca peligrosamente a su cuerpo, y el puede sentir el temblor de mis manos, mi respiración agitada y yo me embriago del perfume que despide su piel, el acerca sus labios a mi hombro derecho y lo besa.

-Y que mas da un nombre ¿en que cambia tener un nombre que no tenerlo? Yo podría decirle por ejemplo que soy Fausto, Federico, Felipe o Francisco, que mi apellido es Pérez, Paredes, Pasos, Portillo o Poullard. Y eso que cambiaria, que le diría eso de mí? no le diría absolutamente nada.
Esta noche usted y yo vamos a hacer un pacto: usted me va querer a mí sin preguntas y yo la voy a adorar a usted sin respuestas. Ahora vaya al cuarto continuo de la cocina y vea lo que he traído, estaré en el comedor aguardando, aguardándola.-


-¡Aun no termino de cocinar!-

El se detiene en la mesa y dándome la espalda me responde:

-El sexto tiempo arruino la perfecta secuencia que había logrado llevar de manera casi magistral. Desconozco los libros a los que usted consulto, pero en ellos usted debió leer que el arroz jamás es servido como un platillo principal. La costumbre marca que el arroz debe ser ofrecido a los comensales solo después de degustar los principales platillos de un festín, festín que como usted sabe debe incluir pato, abulón, cangrejo negro y aleta de tiburón. El arroz considerado por todos, el alimento más humilde solo debe ser ofrecido como relleno en el excepcional caso de que los comensales quedaran con apetito y nunca como un platillo principal ni complementario de una cena, si estuviéramos en épocas imperiales, mi apprenti usted hubiera terminado degollada. Pero para su fortuna yo me limito a ser solo un pequeño dictador comparado a cualquiera de los extintos emperadores chinos.-

El abandona la cocina, se cierra la pared.

Desabrocho la chaqueta tan solo los primeros dos botones, abro una de las solapas y me giro a la cámara, mi mano recorre mi pecho, hurga el encaje francés de mi sostén, abro tan solo un poco la solapa y miro de frente a la cámara antes de ir al cuarto continuo a la cocina, su respiración retumba en las cuatro paredes de la cocina, su húmeda respiración recorre mi espalda, doy un giro y camino hacia la puerta.

Dentro del cuarto hay una caja gris con letras blancas, leo Christian Dior, abro la caja un par de sandalias verdes de piel con entrelazado de piel de pitón y tacón ancho.
Junto a la caja una funda de plástico también en tono gris con letras blancas donde se lee el mismo nombre.
La falda en línea A del vestido verde haciando juego a las sandalias justo arriba de la rodilla, al centro de la falda una serie de pliegues en contra del hilo emulando el tejido de las sandalias.

Afuera me espera YG como siempre, como al parecer siempre lo va hacer, de un gesto me señala el cabello y me entrega una argolla en dorado y diamantes, camino detrás de el mientras agarro mi cabello suelto, el me espera en la mesa, esta vez la mesa es redonda con un mantel de seda en brocado que cae hasta el suelo, en la mesa solo colocado al centro una enorme bandeja en plata, el sentado en su silla sin dejar de mirarme, me pide que me acerque.
Yo me aproximo a el, aun guiada por la mano de YG, de un movimiento le hace una seña y con las dos manos YG me toma de la cintura me eleva y me sienta en la charola al centro de la mesa. Mi piernas abiertas sobresalen de la bandeja quedando desparramadas hasta tocar la orilla, el me mira detenidamente respira profundamente y rompe el silencio.

-Ese séptimo tiempo era letal mademoiselle, ¿que intentaba usted hacer conmigo esta noche? Laap Baat Juk, se preocupo usted por informarse que ese postre solo era servido en el octavo día del calendario lunar y por ser considerado un platillo exótico solo le era ofrecido como ultimo deseo a los condenados a muerte. ¿Sabia usted eso?-

Su mano derecha recorrió la suela del zapato, subió y acaricio el empeine de mi pie, prosiguió su andada por mi muslo, bajo de un solo recorrido hasta detenerse en mi tobillo. Volvió a subir hasta llegar a mi rodilla, entonces con sus dos manos acaricio mis muslos, sentí sus tibias manos tocar con suavidad, recorrer los pliegues de mis piernas, de un movimiento suave tiro de mis tobillos y me atrajo hacia el, su cara entre mis rodillas, sus labios carnosos con la mueca que se convierte en sonrisa, los ojos profundos y brillantes, su aliento cada vez mas cerca de mis rosados labios, de mis húmedos labios, su lengua recorriendo el nacimiento de mi pubis, un gemido escapo de mis labios y el eco lejano de sus voz me deseaba:
un Bon Appetit.

sábado, agosto 04, 2007

Mi estimada apprenti...



Mi estimada apprenti,

Por medio de este conducto hago de su conocimiento que no me será posible recibirla el próximo domingo 5 de Agosto como lo pactamos. (Se que aun usted no tiene la cortesía de responder a mi oferta de trabajo, sin embargo estoy convencido que esta usted considerando una respuesta afirmativa).

El próximo domingo se presenta la opera La Perichole, La Chanteuse Et Le Dictateur…en el teatro de la Opera Comique en Paris, por ningún motivo me permitiría no estar presente en el estreno.

Por otra parte, en estas fechas arriba a la Maison de la Truffe mi orden especial de trufa negra invernal, cuando usted recree su paladar y comprenda de lo que le estoy hablando, le anticipo que se sentirá avergonzada de la caricatura que me rebajo a engullir hace una semana.

Le anticipo que pensando en usted realizare una escala en la boutique que se ubica en 72 rue Bonaparte y le comprare la última colección de Ispahán creación de su maestro.

Mi viaje será de unos días los suficientes para regresar fastidiado de la sazón francesa y sus arrogancias, aunque se que usted no comparte mi manera de pensar, le haré llegar con anticipación la lista de vinos que ordene a La Derniere Goutte, así como los cortes que la casa Rudis provee para mi desde hace años.

Le anticipo que estaré bebiendo te en la Maison Laduree, los macarons de ellos me gustan sobre todo el de rosas y el de trufa blanca.

Finalmente me veo obligado tomando en cuenta su creatividad, no solo en el ámbito culinario sino el de su personalidad a no dejar en sus manos el te que bebo, así que abasteceré la alacena con tes de la casa Mariage Freres, estoy convencido que cuando usted se deleite con la infusión de Marco Polo entenderá de que le hablo.

Mi estimada dedique estos días en cultivar ideas para sorprenderme, su primer intento resulto conmovedor sin embargo considero que usted puede emplear mejor sus conocimientos.

Por ultimo y sin el designio de restarle trascendencia planeo visitar la casa Dior esta es una de las mejores temporadas en diseño de zapatos, cuando usted vea el par de sandalias de plataforma verde en piel y piel de pitón con un diseño trenzado que le encargue quedara mas que complacida.

Sin otra intención que no sea la de quedar de usted como su gentil e inequívoco centinela me despido no sin antes desearle un ligero y reparador fin de semana.

Atentamente,

F.P.