viernes, enero 21, 2005

Dime si es cierto que los gusanos saben a mantequilla

Pensé, me convencí y también creí que ya no te añoraba. Que despertar a tú lado era cosa del pasado, que lo mismo me daba pensar en ti que perderte en algún recoveco de mi memoria. Y sin embargo esta mañana te sentí allí, junto a mí. Nunca tuve tiempo de decirte que mis sueños eran del tamaño justo de tus manos. Ahora ya es tarde, deambulo por nuestra casa arrastrando mis pasos, me descubro sentada en tú silla, calzando tus sandalias, bebiendo de tú taza.
Sin que tú ni nadie lo sepa he vuelto a fumar, lo hago por las noches, espantando a los pensamientos nocturnos, me refugio en el humo del cigarrillo con la misma firmeza que me ceñía en un tiempo a tus piernas.
Ahora que han transcurrido los días de la pesadilla quiero confesarte mi rabia, mi coraje y mis blasfemias, al diablo con todo.
Les prenderé fuego los poemas cortos que tanto te gustaban, gritare las canciones francesas que cantabas en la ducha. Y caminare semidesnuda por la casa sintiendo el roce de tú camisa en mis pezones despiertos.
He llegado a la cocina y te siento omnipresente en el cajón de la especies y junto a la mesa, en la ventana aun lado de la nevera. Camino golpeada, amartillada por el dolor, acaricio la madera, siento su piel ¿o es tú piel? Le echo mi cuerpo encima, me dejo abrazar por los espacios cóncavos que el filo de un cuchillo dejo, y te siento de nuevo, en mí, dentro, recién parido del lecho de la muerte.
-¿Dime si es cierto que los gusanos saben a mantequilla?-
-Descríbeme el olor putrefacto de tus gloriosas ingles-
-¿Quien devoro el brillo de tus ojos?-
Ahora amanece, siempre es más fácil con la luz del día. Son las terribles noches, las interminables noches a las que les temo. Cuando el olor de la vainilla ronda mi cama y me recuerda que no estas mas aquí.
Pero como te dije, amanece y el canto de los gallos anuncia las primeras horas de una nueva epifanía.

Beatrix







1 comentario:

Anónimo dijo...

hay algo que me gusta mucho de tu estilo: dices poco, pero dices mucho. ¿difícil de explicar? lo intentaré.
planteas las situaciones en contexto. no me dices nunca de qué se habla. al menos no directamente, sino que dándole vueltas, me obligas a descifrar la situación. y aun así, dejas suficiente espacio creativo, suficientes huecos como para que el lector coloque las piezas que más le gustan.
eso me agrada.

- marvin