domingo, octubre 14, 2007

The Power of good-bye






Hoy me tope contigo, vi tu figura en la distancia, caminar entre la gente, el día despuntaba, el sol acariciaba tus brazos, cegaba al cobalto de tus ojos.

Me mantuve lejos, así me lo dije, asi me lo prometí, de ti, de todo lo tuyo, de todo lo que un día crei nuestro.

¿Recuerdas lo que me dijiste aquella noche? Yo lo recuerdo bien, no fue una advertencia más bien una sentencia.

-Aquí nadie parte y si parte alguien ese soy yo-

¿Lo recuerdas? Y yo te jure, en mi mente en mi corazón que nunca, nunca tendrías motivos para irte de mi, que las horas del día, que como sabemos son veinte y cuatro, desearías vivirlas a mi lado. Y yo perdida entre tus brazos, pero tu y yo olvidamos, y yo no quiero recordar, ni tus palabras, ni tu olor, ni tus manos, ni el cobalto de tus ojos, ni lo que de ti aprendí, que fue mucho, mas no lo suficiente, ni lo enteramente necesario.

Nos quedamos con la promesa de un último té, -¿recuerdas?- En el mismo lugar, en la mesa de la esquina, la que fue testigo silente de todo lo que un día creí. Pero sabíamos que no era un té, que era un adiós, -¿no es así?- Mi silencio fue largo, el tuyo entrecortado por la respiración. ¿Que dijiste esa tarde? no lo se, que mas da que dijiste, que ordenaste, que propusiste para los dos, para el destino de los dos, para el tiempo de los dos, para el sentimiento de los dos, para las ganas de los dos, para las sed de los dos, para la angustia de los dos, para los sueños de los dos, para la rabia de los dos.

Esa tarde me prometí no dejar de creer en el amor, luego entonces vino ese silencio, vino la única palabra que me dejaste pronunciar en todo ese tiempo: y fui yo la que te dije: Adiós…

8 comentarios:

MarvinNation dijo...

Algo así necesitaba yo leer a esta hora... a 30 segundos de ser lunes.

Anónimo dijo...

Difícil terminar una relación y mantener vivos los recuerdos, hacer pensar a la mente que las cosas terminaron cuando por dentro la costumbre, el deseo es que continuen, que el destino siga siendo compartido.

Caray, que de cosas me ha puesto a pensar esto...

Anónimo dijo...

Y cuando el corazón esta roto y te tienes que ir, y las pláticas, las discusiones se acabaron, pero sigues queriendo a esa persona. Y tienes que aprender a decir adiós.

Caray, muy buen video...

Abogada del Diablo dijo...

No es nada fácil decir Adiós.

Pero una vez que lo haces, ves las cosas de distinta manera.

Descubres que eras más fuerte de lo que pensabas.

Juan de Lobos dijo...

Mi adorada Beatriz, jamás se debe subestimar el poder de las palabras, palabras mágicas, salmodias emanadas del centro de la garganta, del corazón, del hígado. Una de esas palabras poderosas es precísamente ADIOS, pues en ella dejamos que sea el Creador quien se encargue de lo que nosotros, simples mortales, no nos atrevemos a hacer. Olvidar, perdonar, recordar, extrañar.

Mil besos, mil aullidos para ti.
(comienzo a extrañar tus ausencias)

Djini Domina Venti dijo...

MMMMM, menos mal que te dejaron decir adiós, por que luego hay unos bien jijos que ni siquiera eso y lo digo por experiencia propia, aunque la verdad ha sido mejor así porque así sé que no les debo nada, ni el recuerdo.

Carolina Burboa dijo...

Tan difícil es luchar contra el sentimiento de la necesidad, qué a veces uno piensa que las ganas y las fuerzas nos traicionan y nos dejan ver como un cobarde de manos atadas.
Admiro la valentía y la seguridad de estas líneas que hoy nos compartes, querida Beatriz.

Anónimo dijo...

Hay que aprender a cerrar el ciclo, a cortar de un tajo lo vivido, a surcir heridas a curar raspones...
Ah que fácil se lee, pero cómo cuesta trabajo caray...
Palomilla